¿Qué es la deflación?

La deflación es cuando la tasa de inflación es negativa. Ocurre cuando los precios al consumidor disminuyen en todos los ámbitos. Una reducción en los precios y la deflación que sigue generalmente es el resultado de una disminución en el gasto del consumidor y una disminución en la demanda de productos y servicios. La deflación provoca un aumento en el poder adquisitivo del dinero. Si bien muchos consumidores pueden ver esto como algo bueno, la deflación puede ser indicativa de una recesión o inestabilidad económica. Una recesión generalmente significa salarios más bajos, menos trabajos y una caída en el mercado de valores. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es el encargado de medir las tasas de inflación y deflación.

La deflación es como una mala tos. La tos es un síntoma de una enfermedad, pero no es la enfermedad en sí. Asimismo, la deflación es una señal de un problema más importante en la economía. La deflación es un síntoma de una enfermedad, pero no es la enfermedad en sí.

Varios factores diferentes pueden causar deflación, pero en esencia, la deflación ocurre cuando baja el precio de los bienes y servicios de consumo, y los precios bajan cuando la demanda de productos y servicios cae en relación con la oferta.

Esta demanda reducida podría ser el resultado de una disminución en la disponibilidad de dinero. La Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos, puede aumentar o disminuir la oferta de dinero y hacer que el dinero sea más difícil de obtener aumentando las tasas de interés de los préstamos. Cuando es más difícil conseguir dinero, la gente compra menos.

La deflación también puede ser el resultado de una mayor productividad. Cuando los bienes se vuelven más fáciles y baratos de fabricar, las empresas pueden venderlos a un precio más bajo.

Finalmente, una disminución en la demanda podría ser el resultado de una reducción en el gasto público. Por ejemplo, supongamos que el gobierno recorta el gasto en infraestructura. De repente, algunas familias en industrias afectadas por esto, como la construcción, tienen menos dinero para gastar. La demanda baja y, por lo tanto, los precios suelen bajar también.

La deflación (o inflación negativa) puede ser perjudicial para la economía de un país. La deflación conduce a una disminución de los ingresos y, por lo tanto, de las ganancias de las empresas. La gente no gasta tanto dinero, ya sea porque no tiene tanto dinero o porque los precios son más bajos.

Cuando las empresas ven caer sus ganancias, es posible que tengan que reducir costos para mantenerse a flote. En muchos casos, lo hacen despidiendo trabajadores y recortando los salarios de los trabajadores. Esos trabajadores desempleados o mal pagados tienen que recortar sus gastos.

La deflación también puede dañar las cuentas de ahorro y jubilación de las personas. La deflación a menudo acompaña a una caída en el mercado de valores. Y cuando los precios de las acciones bajan, no es raro que la gente entre en pánico y venda sus acciones. Y si las personas están haciendo esto después de que los precios ya se hayan desplomado, es posible que vean una reducción considerable en su patrimonio neto.

La deflación también podría dificultar la obtención de un préstamo. Durante una recesión, los prestamistas entienden que las personas tienen dificultades y pueden tener dificultades para realizar los pagos del préstamo. Por lo tanto, los prestamistas podrían aumentar sus estándares de elegibilidad.